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Viaje chamánico en busca del animal de poder

Ritual descrito y analizado por Berta Górriz (2019).

Catalunya, Espanya, Sabadell

Variable

Chamanisme

Viaje chamánico en busca del animal de poder

Imatges cedides per l'ajuntament de la Fatarella. Autora de les fotografies: Maria Jesús Ardévol Gironés

Breu Descripció

El ritual consiste que los asistentes encuentren, a través de un viaje chamánico, el animal con el que se están íntimamente relacionados. El ritual está guiado por una especialista del Templo de la Diosa, en Sabadell, que sigue la cosmovisión chamánica definida en tres partes: el mundo intermedio (donde vivimos nosotros), el mundo superior (que está habitado por la divinidad) y el mundo inferior (que está habitado por los ancestros y los animales de poder). Es decir, entiende que el ritual es una herramienta para viajar hasta el mundo inferior y hacer consciente el animal (o animales) con el que uno está vinculado. Descubrir este animal proporciona un mayor autoconocimiento de uno mismo y poder recurrir a él en busca de ayuda.

Categories descriptives

Animal, chamanismo, meditación, tránsito, Occidente.

Descripció etnogràfica

El ritual se lleva a cabo en un casal de Sabadell –el Templo de la Diosa–, donde un grupo reducido de personas –en este caso unas 18– se reúne para realizar la búsqueda de su animal, guiados por una sacerdotisa.

Justo al principio, la especialista define el “animal de poder” (siguiendo sus propios términos) como un arquetipo que proporciona ayuda a la persona con la que está vinculado, simbolizando incluso una parte de ésta. En su caso, por ejemplo, el animal de poder es un armadillo. Sigue explicando que cada uno lo tiene que buscar en su interior. Existen tres mundos: el superior –donde habitan las deidades–, el intermedio –donde estamos nosotros–, y el inferior –habitado por los ancestros y los animales de poder. Es en este último nivel, representado por una cueva –la Cueva de Cristal–, en el que se encuentra el animal que hay que descubrir a través del viaje chamánico.

En la sala, el olor a incienso es muy notorio y la luz tenue del día entra por las ventanas. Cuando todos los participantes se han sentado en las gradas, la especialista coge un tambor para marcar el ritmo de la sesión. En el centro del tambor hay dibujado un caballo de ocho patas –el guía entre los mundos– y una brújula Vegvísir para no perderse en el viaje. Mientras ella emite el sonido del tambor, su voz relata paso a paso el viaje que los participantes realizan, dejando que cada cual visione sus propias imágenes.

Primero invita a hacer ejercicios de meditación para relajarse y concentrarse en la respiración, cerrando los ojos y siguiendo el ritmo del tambor. En este estado, revela que cada cual se encuentra en un entorno vegetal exuberante. Debe caminar por un campo hasta llegar a una cueva, que es el portal para cambiar de mundo y pasar al inferior. Esta cueva es un refugio en el que se encuentra el animal de poder, una especie de campamento base del viaje chamánico. En la cueva uno debe caminar, bajando por un camino o túnel, que lo conduce a una sala en la que se encuentra un rio subterráneo, en el que hay una barca. Hay que subirse a ésta y dejarse llevar por la corriente del agua, hasta llegar a una cascada. Justo antes de llegar a la cascada, la especialista interrumpe su narración, pero sigue tocando el tambor, esta vez, con un ritmo más acelerado. Porque cada cual está sumergido en su interior, visionando cómo cruza la cascada y surge su propio animal de poder. Para volver, la barca voltea la caída del agua y emprende el camino de vuelta hasta llegar de nuevo a la sala de la cueva, en la que se deposita el animal. Finalmente, el viaje acaba cuando la persona abre los ojos. La especialista da la bienvenida al grupo recién llegado del viaje chamánico y pregunta si hay alguien que no ha encontrado su animal o ha encontrado más de uno. De los 18 asistentes, 17 lo han logrado y cada cual comenta el suyo.

Seqüència ritual

Breu anàlisi

El ritual del viaje chamánico se puede dividir en tres etapas diferentes: el tiempo de separación, el tiempo liminal del viaje y el tiempo de agregación. Así pues, se trata de un ritual que trata de pasar de un punto A a un punto C, provocando que el tiempo intermedio –el B–, liminal, sea el tiempo del viaje, en el que se experimenta otra realidad.

En el primer tiempo, la especialista explica en qué consiste el ritual y los diferentes espacios que se atraviesan.

El segundo tiempo –el liminal– comienza cuando el tambor empieza a sonar y el participante cierra los ojos encontrándose en otra realidad, virtual incluso. Este tiempo dura entre 30 y 40 minutos, y el tambor ritual modifica su ritmo en función del momento en el cual se encuentren los iniciados. Sin embargo, esta vivencia está mediatizada por diferentes espacios simbólicos clave que permiten llegar hasta el mundo inferior: naturaleza, cueva, sala y cascada. Para poder transitar de un espacio a otro existen elementos conductores, que funcionan como enlaces entre los diferentes espacios: campo, túnel estrecho, río/embarcación. En lo más profundo, la cascada puede ser entendida no sólo como un espacio al que se llega finalmente, sino también como un elemento que actúa para transportar el animal hasta la persona. Además, hay que destacar el poder de la sacerdotisa que guía a la gente, con su voz y el sonido del tambor; todos ellos entendidos también como elementos que mediatizan la experiencia.

En el último tiempo, el de agregación, se vuelve a la consciencia y al mundo intermedio ya con el conocimiento adquirido. En este momento, la especialista vuelve a hablar para comentar la experiencia del animal de poder de cada uno.

Imatges cedides per l'ajuntament de la Fatarella. Autora de les fotografies: Maria Jesús Ardévol Gironés

Bibliografia

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